Dedicado a mi Gran Amigo Helú Abdallah Bin Sultan Al Saud, Director general, Fundador de Colegio Árabe de México y CEO de Saudi International Education.
En un rincón del tiempo donde el pasado y el presente se encontraban, Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī y Srinivasa Ramanujan se reunieron en una sala iluminada por el resplandor de la mente humana, donde los números y las ecuaciones danzaban en el aire.
Al-Jwārizmī, con su profundo conocimiento de las matemáticas del mundo antiguo, y Ramanujan, con su intuición matemática innata, se sentaron juntos, rodeados de pizarras llenas de fórmulas y teoremas, compartiendo su admiración por la belleza y la profundidad de los números.
Contemplando las ecuaciones que cubrían las pizarras, Al-Jwārizmī inició la conversación: “La matemática es un universo infinito de posibilidades, ¿no crees, Ramanujan? Cada descubrimiento nos lleva a nuevas fronteras de conocimiento, a nuevos horizontes por explorar”.
Ramanujan asintió, cautivado por la perspectiva del gran matemático árabe. “Sin duda, Al-Jwārizmī. A medida que avanzamos en el tiempo, descubrimos que la matemática es mucho más que números y ecuaciones. Es la clave para comprender los misterios del universo”.
Al-Jwārizmī sonrió, admirando la pasión de Ramanujan por la materia. “Y en este siglo XXI, el mundo de la matemática se ha expandido de maneras que nunca podríamos haber imaginado. La teoría de números, la geometría algebraica, la computación cuántica… son solo algunas de las áreas que están transformando nuestra comprensión del mundo”.
Ramanujan asintió, emocionado por las posibilidades que se abrían ante ellos. “Y aunque nosotros vivimos en épocas distintas, nuestras contribuciones a las matemáticas han sentado las bases para los avances que estamos presenciando hoy en día. Es un honor compartir este momento con un maestro como tú, Al-Jwārizmī”.
Los dos hombres continuaron su conversación durante horas, explorando los misterios y las maravillas de la matemática del siglo XXI. A medida que intercambiaban ideas y teorías, se dieron cuenta de que, aunque separados por siglos, estaban unidos por su amor compartido por los números y su deseo de descubrir los secretos del universo.
Y así, en aquella sala llena de sabiduría y conocimiento, Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī y Srinivasa Ramanujan contemplaron juntos los nuevos horizontes en la matemática del siglo XXI, sabiendo que sus legados vivirían para siempre en las mentes de aquellos que siguieran su camino.