Devorando dudas; la realidad silenciosa detrás de los atracones.

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Por: Lizbeth Paola Ramírez Arévalo.

Estudiante de Lic.en psicología

Universidad Iberoamericana León

Liiizbetth09@gmail.com

León, Guanajuato, México.

“Atracones”… esos momentos en los que una persona consume grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo, son más que un problema de alimentación elegido al azar, en este ensayo nos centraremos en indagar cómo se vive y juntos devoraremos dudas.

¿Alguna vez has escuchado o visto cosas cómo: “Cuándo estamos tristes, normalmente ingerimos alimentos dulces, o, al contrario, cuándo estamos enojados consumimos alimentos picantes o de un sabor intenso”? bueno, incluso si exploras en tu buscador de internet y agregas las palabras “comer triste” da la “casualidad” de que en la imagen se muestran resultados de personas consumiendo algún tipo de postre o alimento dulce, ¿Realmente es una casualidad?, será casualidad que en las películas cuando muestran algún personaje que se encuentra triste se ve mucho la escena en donde se recuesta en su cama para proceder a comer cantidades exageradas de helado, yo lo dudo, ¿Y tú?

En este artículo podremos encontrar información empírica y cotidiana de este fenómeno que nos revela un vínculo complejo entre la mente y el cuerpo, el cual nos permitirá adentrarnos al poder intrínseco emocional del tipo de alimentos que elegimos para efectuar estos famosos atracones. En este sentido, comer de forma compulsiva no es un problema de falta de autocontrol si no de regulación emocional según dicen Lucas y Picazo en 2020, información con la cuál difiero, ya que para mí no puede haber una sin la otra, dentro de la regulación emocional debe existir capacidad de autocontrol para lograr un equilibrio que permita regular tú forma de alimentación y el cómo y qué alimentos ingieres a lo largo del día.

Cuando no hay ninguno de estos puntos se vuelve un círculo vicioso en donde puede haber dos extremos, el primero en donde no se sacia el hambre durante un lapso largo para luego en un momento determinado recurrir al atracón, y el segundo en donde el atracón ocurre en cualquier momento del día y no se reconoce un límite de saciedad, en esta lectura sólo abordaremos el primero, cabe resaltar que el objetivo de este ensayo no es culpar a nada ni a nadie, al contrario es contribuir a la reflexión de la ejecución de estos actos que aparecen en nuestra vida cotidiana y destacar que cada caso tiene un origen distinto.


Dentro de este primer extremo existen sentimientos de placer y de culpa, culpa por dejar al cuerpo pidiendo alimento sabiendo que es algo que necesitamos para no solo sobrevivir sino para vivir, en cambio el placer se presenta cuando se decide atracar y sentir que sacias aquello que necesitabas, que llenas aquello que estaba vacío y a partir de aquí se presenta el círculo vicioso en donde dejas que el hambre se apodere de tu cuerpo poco a poco , donde sabes que tu cuerpo pide alimento pero simplemente no puedes dárselo, en donde sabes que tu cuerpo pierde fuerza y que tus pensamientos no son racionales pero se sienten reales, tu estómago ruge y ya no pide si no que exige que lo alimentes con algo, hasta que llega el punto en el que no puedes retrasarlo más porque sabes que es necesario el alimento y sacias el hambre , pero no solo lo sacias sino que comes hasta que tu cuerpo no puede ingerir algo más, hasta que el vómito ya está por la garganta, ese puede ser el límite,  y en algunas ocasiones esa sensación no importa, no hay límite, lo repites tanto que se vuelve parte de tu vida y se convierte en un ciclo sin salida en el que prácticamente estas matándote lentamente.

Esta imagen es cortesía de la autora del artículo.

Respondiendo a una de las preguntas iniciales, no, esto no es una casualidad, los alimentos dulces si nos dan un estado aparente de felicidad dentro del mundo de los atracones y voy a explicarlo desde su origen neuroquímico. Los niveles de nuestros neurotransmisores: serotonina, dopamina y adrenalina (los tres vinculados con la sensación de bienestar, el placer, la estabilidad emocional y la felicidad) se producen en altos niveles en consecuencia de la ingesta excesiva de estos alimentos y por esto es que el ciclo se alimenta de las reacciones que tiene en nuestro cerebro (Univisión, 2014).

Al comer de forma impulsiva se evidencia la desconexión de nuestras emociones y de nuestro cuerpo (Lucas & Picazo, 2020). Hablemos sobre la tristeza, una emoción que se presenta como un estado de desánimo, una alerta de que algo necesita ser atendido, es aquella sensación de que no estas bien, o de que algo no anda bien, cada persona lidia con esta emoción dependiendo de las herramientas que tiene y existen mil formas de buscar huir de la tristeza, pero la elegida entre ellas en esta ocasión es la ingesta de azúcar para cambiar el estado de ánimo y no es que este mal, a todos alguna vez nos da por buscar disfrutar de un pastel o un chocolate, pero hay una gran diferencia entre esto y el llevar a cabo un atracón con este tipo de alimentos, haciendo esta aclaración te tocara diferenciar cuál es tu posición.


Cuando hablo de felicidad aparente me refiero a que luego de accionar tal vez haya signos externos de satisfacción, pero en realidad esta se origina por el aumento de los neurotransmisores que te mencionaba anteriormente, dichas emociones satisfactorias no permiten que se refleje el estado emocional real. Me gustaría preguntarte… ¿Te sientes realmente feliz?, ¿Enserio es satisfactorio luego de terminar de consumir alimentos dulces en exceso limpiar los envoltorios de todos aquellos chocolates, pasteles, galletas y golosinas que decidiste que te darían una falsa felicidad? Déjame recordarte que esta felicidad es solo momentánea, ambos sabemos que luego la tristeza vuelve y considero que el vacío se trata de llenar jamás va a irse confundiendo al cerebro con cantidades exageradas de azúcar.

En el caso del enojo se buscan alimentos que contengan hidratos de carbono ya que esta sustancia ayuda a la parte del control de impulsos y así mismo cambia el humor, también actúa en la saciedad, lo cual mejora el estado de ánimo del ser humano. Alimentos como las frituras tienen esta característica (INFOBAE, 2017). Cuando se decide atracar con esta emoción como principal, es una combinación de pérdida de control y control absoluto porque tal vez no tengas el control en otras áreas de tu vida, pero en ese momento el enojo decide tomar el control y llenarte de comida como si fueras un pozo sin fin, o tal vez sea ese descontrol el que te permite a actuar con dicho enojo en lugar de gestionarlo y cuestionarte ¿Por qué estas enojade? ¿De qué te gustaría tener el control? ¿Tomarás el control?

Los cuestionamientos planteados me hacen reflexionar sobre lo complicado que resulta romper este ciclo y dejarlo atrás. Es fácil hablar de ello o imaginar cómo sería, pero llevarlo a cabo implica tiempo, esfuerzo y contar con un buen respaldo. Seguramente has pensado en cómo sería tu vida sin estos atracones, pero si no lo has hecho, te invito a hacerlo. Imagina una vida sin esa culpa constante y poder controlar tu hambre sin miedo a perder el control. Te diré que no es solo una fantasía, es algo que realmente puedes lograr. Como primer paso, considera buscar ayuda profesional. Los nutriólogos y psicólogos pueden formar un equipo ideal para ayudarte a romper este ciclo. Juntos pueden guiarte hacia una relación más saludable con la comida y entender mejor las emociones que subyacen a estos atracones. Con su apoyo y un plan alimenticio adecuado, podrás disfrutar de la comida sin remordimientos.

En última instancia quiero destacar que la búsqueda de apoyo no solo es un acto de autocuidado, sino también un paso crucial hacia la sanación emocional y el bienestar integral. Al abrirnos a recibir ayuda, no solo demostramos fortaleza, sino también una profunda voluntad de transformación y crecimiento personal. En este camino hacia la recuperación, recordemos que el apoyo está disponible y que merecemos el cuidado compasivo tanto de otros como de nosotros mismos.

Referencias Bibliográficas.


Fairburn, C. (2017). La superación de los atracones de comida como recuperar el control. Paidos. https://pladlibroscl0.cdnstatics.com/libros_contenido_extra/36/35713_LA_SUPERACION_DE_LOS_ATRACONES.pdf


De Mallorca, Z. P. P. (s.f.). 5 desencadenantes emocionales que están causando sus episodios de atracones. Zero Blog. https://www.zeropsicologos.com/blog/5-desencadenantes-emocionales-que-estan-causando-sus-episodios-de-atracones/

INFOBAE. (2017,). ¿Cuál es la relación entre los atracones y las conductas compulsivas? infobae. https://www.infobae.com/2015/09/04/1748191-cual-es-la-relacion-los-atracones-y-las-conductas-compulsivas/


Jimeno, AP (s/f). Las emociones y la regulación emocional en los trastornos alimentarios: papel predictor y perfiles. Gob.es. https://www.educacion.gob.es/teseo/imprimirFicheroTesis.do?idFichero=rDcLTCfRjmw%3D


Lucas, A., & Picazo, M. (2020). Detrás de los atracones de comida se esconde la necesidad de calmarnos. El Confidencial. https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2020-07-05/detras-de-los-atracones-de-comida-se-esconde-la-neceisdad-de-calmarnos_1827638/


Picado, B. (2020). Atracones y hambre emocional: Ese vacío que no se llena con comida. Belén Picado. https://belenpicadopsicologia.com/atracones-hambre-emocional/


Univisión, P. (2014). ¿Por qué comemos dulce cuando estamos tristes? Univisión. https://www.univision.com/estilo-de-vida/bienestar/por-que-comemos-dulce-cuando-estamos-tristes

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