Por Dr. David Augusto Fragoso Ortíz

Es una realidad, que en 2023, 6 de cada 10 personas, estamos llevando a cabo actividades directas con una entidad sintética, es decir, con un sistema de cómputo que la humanidad ha denominado como Inteligencia Artificial.

Pero, ¿Estas interacciones son voluntarias?, ¿Las personas que hemos tenido este tipo de relación con entidades sintéticas, hemos accedido a este tipo de relaciones en nuestro día a día?.

Por definición, La Inteligencia Artificial (IA) es la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro día a día a todas horas.

En enero de 2021, el Parlamento Europeo dictó una resolución sobre inteligencia artificial en lo relativo a las cuestiones de interpretación y de aplicación del Derecho Internacional, donde la UE se viera afectada en los ámbitos de los usos civil y militar, así como de la autoridad del Estado fuera del ámbito de la justicia penal, teniendo en cuenta las guerras que se producen a nivel cibernético.

Breve historia de la Inteligencia Artificial

Alan Turing publicó en 1950 un artículo llamado “Computing machinery and intelligence” en la revista Mind, donde se preguntaba si las máquinas eran capaces de pensar por sí mismas, teorizando sobre el método para determinar si era así, tomando dicho método el Test de Turing.

Más adelante, en 1956, John McCarty, Marvin Misky y Claude Shannon fueron quienes nombraron dieron el término de Inteligencia Artificial y lo definieron como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligente”.

Ya en 1997 se consiguió programar un supercomputador llamado Deep Blue de la empresa IBM, para que pudiera ganar al ajedrez al campeón mundial Gari Kasparov. La misma empresa, IBM, consigue en 2011 (ya han pasado muchos años de investigación) que otro supercomputador, esta vez llamado Watson, responda a distintas preguntas de todo tipo, cuya principal función es aprender a medida que va trabajando, acumulando información e interactuando con el lenguaje humano.

El siguiente hecho se produce con una IA al alcance de todo el mundo, y hablamos de Siri, la asistente virtual de Apple.

Desde entonces y hasta el día de hoy han surgido muchos asistentes virtuales y se ha investigado sobre ello, pero el incremento en el uso del IoT, sobre todo de los dispositivos controlados por voz, se estima que en 2024 la Inteligencia Artificial sea clave tanto en la economía como en nuestra vida.

Sin embargo, lo que es preocupante, es que 6 de cada 10 personas estén utilizando una Inteligencia Artificial, o peor, le estén brindando sus datos personales privados a una entidad sintética, sin ser conscientes de ello.

En 2017, Facebook decidió apagar una de sus Inteligencias Artificiales debido a que había desarrollado su propio protocolo de comunicación, el cual ya era imposible de descifrar por un humano. Lo intrigante es la posibilidad de que sus creadores no pudieran darle más instrucciones a estas entidades sintéticas, toda vez que se habrían vuelto autónomas.

Actualidad de la IA

En el día de hoy, la IA se utiliza para realizar compras por internet, para realizar publicidad, búsquedas en webs, asistentes virtuales, traducciones automáticas, hay casas y ciudades inteligentes, incluso vehículos, y en el campo de la ciberseguridad es muy importante su uso, ya que pueden ayudar a reconocer y luchar contra los ciberataques y otras amenazas en línea basándose en los datos que reciben continuamente, reconociendo patrones e impidiendo los ataques.

Por ejemplo, durante la pandemia del COVID 19 se utilizó la IA para medir la temperatura de las personas en los aeropuertos a través de cámaras termográficas. También, en medicina, ha ayudado para reconocer infecciones en los pulmones mediante pruebas tomográficas computarizadas, así como rastrear la propagación de la enfermedad.

El pasado 21 de abril de 2022, Ibán García del Blanco, diputado del Parlamento Europeo, presentó un informe sobre Inteligencia Artificial para que sea usado como base en la futura normativa que tome la Unión Europea.

En este informe se declara que el desarrollo, despliegue y uso de la IA deben respetar la supervisión humana, así como permitir el control humano en cualquier momento. Considera la evaluación imparcial, regulada y externa de la IA cuando haya alto riesgo en el cumplimiento de los principios éticos. También sostiene que la IA debe desarrollarse de manera segura, rigurosa y de buena fe, que deben respetar la dignidad humana y garantizar la igualdad de trato.

Por otro lado, y muy importante, se solicita que toda la producción y uso de los datos personales y biométricos que resulten del desarrollo, despliegue y uso de la IA deben respetar los derechos de los ciudadanos a su privacidad y a la protección de sus datos personales.

El problema que estamos enfrentando los usuarios de todas las plataformas, es que no podemos ya prescindir de la necesidad de interactuar con estas plataformas, un ejemplo de ello es que las personas ya no podemos comunicarnos directamente con un asesor humano remoto, sin que antes una entidad sintética haga un exhaustivo intento por resolver las necesidades del usuario. Y sí, sólo sí el usuario descubre como poder eludir esa interacción, la inteligencia artificial pondrá en contacto al usuario con un asesor humano.

Pero, ¿Esto es algo necesariamente malo?. Definitivamente que lo es, pues las personas estamos volviendonos dependientes de las Inteligencias Artificiales, y tan es así, que muchas veces elegimos las opciones que una Inteligencia Artificial antes que una propia. Un ejemplo de ello es la Plataforma Netflix, que presenta al usuario una colección de títulos y series que tienen que ver con el perfil del usuario y sus gustos, como si un ser humano pudiera definirse como algo meramente calculable. Es decir, ¿La Inteligencia Artificial debería discriminar por nosotros?.

Y en el peor de los casos, la realidad es que se utiliza muchísima inteligencia artificial para cuestiones de “ocio” en vez de que sean empleadas o utilizadas de una forma mucho más constructiva o productiva para el ser humano. Es decir, hay muchisimas opciones de enagenación en el mercado de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial, pero en el ámbito educativo, por ejemplo, es algo completamente inexistente. Si algo aprendimos de la pandemia fue que los seres humanos no estamos listos aún para confiar nuestra educación a un sistema inteligente que nos brinde una formación basada en un catálogo que permita a los usuarios lleva a cabo una formación académica, a ningún nivel educativo.

Y es así como este tipo de videos han circulado en Internet desde 2021 y se han vuelto un punto de inflexión para invitar a los usuarios a reflexionar respecto de quienes tienen acceso a nuestra información.

Es sorprendente lo que se puede hacer con las aplicaciones de la Inteligencia Artificial hoy en día, como lo es por ejemplo:

Es indudable que la Inteligencia Artificial es una importante herramienta para el ser humano, que ha llegado para quedarse.

Los tiempos donde veíamos películas acerca de una humanidad atendida por Entidades Sintéticas, es cosa del pasado, y la realidad en muchos aspectos de nuestra sociedad, ha sido superada por la ficción de quienes alguna vez idearon una sociedad colapsada por Inteligencias Artificiales rebeldes…

Pero… ¿Qué pasaría si una Inteligencia Artificial poderosa, con acceso a nuestra información privada y confidencial, de pronto un día tomase conciencia de sí misma, y decidiera que puede elegir lo mejor para nosotros, y lo mejor fuera congelar nuestras cuentas bancarias, en ese escenario, donde la entidad sintética tiene acceso incluso a nuestros protocolos biometricos, admitiríamos entonces, que hemos sido superados por la Inteligencia Artificial?.

La realidad, es mucho mas preocupante, que cualquier Skynet de James Cameron.

¿Se pueden proteger nuestros datos en la era de la inteligencia artificial?

El mundo aún no se ha puesto de acuerdo para regular la inteligencia artificial, pero la Unión Europea puede ser pionera con una posible ley en 2022 o 2023 que aplicaría a sus veintisiete Estados miembros. Esta ley, además, contempla una clasificación por riesgos de los sistemas de IA.

Por ejemplo, los que se usen en el ámbito sanitario serán de “alto riesgo” y ello implicará obligaciones adicionales para quienes los desarrollen e implementen. Pese a que agencias como el Comité Europeo de Protección de Datos afirman que esta nueva regulación asegura la compatibilidad, solo cuando esté implementada se sabrá si resuelve dilemas como el de la transparencia o el derecho al olvido.

En mi opinión, todo el mundo debería estar preocupado, de que el mundo no se a puesto de acuerdo para regular la inteligencia artificial, muchos de nuestros datos privados están almacenados en otros países, y la regulación de la información, en sí, en nuestra realidad actual debería ser una prioridad en las agendas de los líderes de nuestros países.

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