Apunte diario sobre letras hipnóticas

Por Arturo Vásquez Urdiales.

¿Recetario preciso he infalible para llegar al poder, o capitulario de buenas intenciones?.

16 de octubre de 2024

En el análisis de Las 48 leyes del poder de Robert Greene, nos encontramos con un manual estratégico, casi maquiavélico, que propone una serie de reglas para alcanzar y mantener el poder. Desde la astucia hasta la manipulación, Greene explora a través de historias históricas cómo figuras poderosas se han mantenido en la cúspide utilizando tácticas que van desde la discreción y el silencio, hasta la audacia implacable. El lector se siente casi invitado a tomar el control de su destino, armado con estas lecciones frías pero efectivas.

Las leyes, desde no hacer sombra a tu amo hasta aprender a usar enemigos como aliados, nos sumergen en un mundo en el que el poder se presenta como una serie de jugadas precisas y calculadas. Sin embargo, mientras leemos estas instrucciones, surge una pregunta ineludible: ¿es esto universal? ¿Realmente el poder puede alcanzarse y sostenerse con este prontuario?

La falacia de la receta universal.

El poder, al igual que la vida, es efímero y, por naturaleza, inconstante. Robert Greene presenta sus leyes como si fueran aplicables a cualquier situación, pero la realidad es más compleja. Estas 48 leyes no son una fórmula mágica que garantice éxito en cualquier escenario o cultura. Su efectividad depende del contexto, de las estructuras sociales y del tipo de sistema en el que se intente aplicar.

Por ejemplo, una de las primeras leyes, “No confíes demasiado en tus amigos, aprende a usar a tus enemigos”, puede resonar en un entorno corporativo de alto nivel o en una monarquía histórica, pero en una comunidad rural o en un entorno dominado por el narcotráfico, esta máxima podría resultar en la destrucción social o incluso física. La idea de manipular a los demás para ascender en la pirámide jerárquica asume una sociedad altamente organizada, con reglas de juego claras. Pero, ¿qué ocurre en aquellas sociedades donde las reglas no son formales, sino impuestas por fuerzas externas?

El poder en los márgenes.

En sociedades controladas por el narcotráfico o el crimen organizado, por ejemplo, las leyes de Greene pierden su aplicabilidad. Allí, el poder no se negocia mediante el refinamiento de la astucia política o el ingenio social. Las jerarquías se establecen mediante la fuerza bruta, la intimidación y la violencia. Intentar aplicar las leyes del poder en un contexto como el de Nogales, Sonora, controlado en buena medida por cárteles, sería no solo ineficaz, sino posiblemente mortal. Del mismo modo, lo que podría funcionar en un entorno legal y estable como Nogales, Arizona, no tiene cabida al otro lado de la frontera.

Este contraste muestra que no hay una sociedad perfecta ni una receta universal que conduzca al poder en todos los casos. El contexto lo es todo. Y lo que en algunos lugares es “inteligencia estratégica” en otros puede ser un suicidio social o literal. Greene no contempla la realidad de los márgenes del poder, aquellos espacios donde las reglas son amorfas o inexistentes.

Sociedades organizadas y su inclinación al orden.

Dicho esto, no podemos negar que en sociedades altamente organizadas, con instituciones fuertes y jerarquías bien definidas, muchas de las leyes de Greene pueden ser operativas. En el mundo empresarial, político o judicial hoy lamentablemente muy lejanos, donde la competencia es más una cuestión de intelecto que de fuerza física, las leyes del poder encuentran su espacio. Sin embargo, incluso en estos contextos, el poder no es eterno. Cada sistema tiene sus dinámicas y sus colapsos, y el poder cambia de manos como la marea cambia de dirección, el homo vemehens es un papalote sujeto al caprichoso juego del viento.

El poder, por tanto, es efímero. Ninguna ley, ninguna fórmula, puede garantizar su conservación para siempre. Y es aquí donde radica la lección más importante que Greene quizás no explicita: el poder se gana y se pierde, se toma prestado, pero nunca se posee en su totalidad. La ambición por el poder es siempre una lucha contra el tiempo, y el tiempo, en cualquier esquina del universo, es relativo y en su amplitud efímero, podríamos decir, caprichoso.

No me gusta esta receta.

Así, las 48 leyes del poder, aunque fascinantes y a veces útiles, no son más que un conjunto de herramientas en un mundo caótico. El contexto, la historia y las fuerzas invisibles que dan forma a las sociedades siempre estarán allí para recordarnos que no existe un esquema perfecto, y que la medicina para Nogales, Sonora, no es la misma que para Nogales, Arizona.

Aquí el recetario de Greene.

Las 48 leyes del poder es un libro escrito por Robert Greene que presenta una serie de principios estratégicos para ganar y mantener el poder (Con sus asegunes como ya lo vimos): Aquí te presento un resumen de las 48 leyes:

  1. Nunca le hagas sombra a tu amo.
  2. No confíes demasiado en tus amigos, aprende a usar a tus enemigos.
  3. Disimula tus intenciones.
  4. Di siempre menos de lo necesario.
  5. Gana la atención a cualquier precio.
  6. Haz que otros trabajen por ti, pero siempre lleva tú el crédito.
  7. Haz que los demás dependan de ti.
  8. Haz que la gente venga a ti; usa la carnada si es necesario.
  9. Gana a través de tus acciones, nunca con argumentos.
  10. Evita a los perdedores y desafortunados.
  11. Haz que la gente dependa de ti para mantener el poder.
  12. Utiliza la honestidad selectiva y la generosidad para desarmar a tu víctima.
  13. Cuando pidas ayuda, apela al interés de las personas, nunca a su gratitud.
  14. Simula ser un amigo, actúa como un espía.
  15. Aplasta por completo a tu enemigo.
  16. Usa la ausencia para aumentar el respeto y el honor.
  17. Mantén a los demás en suspenso: cultiva un aire de impredecibilidad.
  18. No construyas fortalezas para protegerte: el aislamiento es peligroso.
  19. Conoce con quién estás tratando, no ofendas a la persona equivocada.
  20. No te comprometas con nadie.
  21. Finge ser tonto para atrapar a los estúpidos: aparenta ser más tonto que tu objetivo.
  22. Usa la táctica de rendición: transforma la debilidad en poder.
  23. Concentra tus fuerzas.
  24. Hazte pasar por un cortesano perfecto.
  25. Recrea tu imagen constantemente.
  26. Mantén tus manos limpias.
  27. Juega con la necesidad de las personas de tener fe en algo.
  28. Actúa con audacia.
  29. Planifica hasta el final.
  30. Haz que tus logros parezcan fáciles.
  31. Controla las opciones: haz que otros jueguen con las cartas que les repartes.
  32. Juega con las fantasías de las personas.
  33. Descubre el talón de Aquiles de cada persona.
  34. Actúa como un rey para ser tratado como tal.
  35. Domina el arte de la oportunidad.
  36. Desprecia lo que no puedes tener: ignorarlo es la mejor venganza.
  37. Crea espectáculos atractivos.
  38. Piensa como quieras, pero compórtate como los demás.
  39. Revuelve las aguas para pescar.
  40. Desprecia lo gratis.
  41. Evita imitar a los grandes hombres.
  42. Golpea al pastor y dispersarás al rebaño.
  43. Trabaja en los corazones y las mentes de los demás.
  44. Desarma y enfurece con el efecto espejo.
  45. Predica la necesidad de cambio, pero nunca reformes demasiado.
  46. Nunca te muestres demasiado perfecto.
  47. No vayas más allá de tu objetivo; al triunfar, aprende cuándo detenerte.
  48. Sé cambiante, acepta la naturaleza de la adaptabilidad.

Estas leyes están diseñadas para ser aplicadas en situaciones de poder y control, y el libro ofrece ejemplos históricos para cada una de ellas.

URDIALES Zuazubiskar fundación de letras hipnóticas AC ©®

Está columna no es un resúmen, es la generación intelectual del análisis de un fenómeno social, político, sociológico, etnográfico, antropológico, histórico, literario, natural o antinatura, racional o irracional, explicable o inexplicable, existente o inexistente, conoce los mitos y los hechos del pasado y los narra. Se desarrolla para atraer el interés, curiosidad o conciencia en el lector. Hace un llamado a la mente humana a través de la novedad y la noticia que el lector no conoce, pretende desarrollar el interés por la lectura, la ciencia, la literatura, los fenómenos del mundo y del universo, se hayan explicado o no. No persigue ningún fin inexplicable y solo los nobles saberes que hemos expresado. Le invito a compartirla.

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