Los equipos pueden brindar una perspectiva que los fotógrafos siempre soñaron con tener. ¿Cómo están modificando estos equipos un mercado de casi 200 años?
Muchas cabezas erguidas, ojos atentos al cielo y dedos índices que apuntan hacia el horizonte. Se despierta la curiosidad en cualquier evento que se registra con la cámara de un dron, un equipo revolucionario que ha ganado popularidad en la última década.
Para retratar una vista desde arriba, ofrecer una perspectiva casi omnisciente del mundo y presentar nuevos ángulos, el dron, también denominado “VANT” (vehículo aéreo no tripulado) ganó terreno en el mundo de la fotografía y Brasil ya está bien representada en este mercado. Ricardo Matiello es un ejemplo de fotógrafo que se convirtió en especialista e incluso ganó un concurso de fotografía con drones.
Matiello comenzó a trabajar con drones en 2012, pero desde hace más tiempo trabaja con aeromodelismo. “Cuando surgieron los drones populares, como el DJI Phantom, compré uno para uso personal”, dijo. A partir de entonces, comenzó a invertir en este mercado y compró mejores equipos y hasta armó sus propios drones. Matiello explicó cómo hizo el registro que le valió el premio:
“En un día nublado, tenía curiosidad de ver si había algún tipo de visión después de la niebla y al pasar por las nubes, el cielo estaba claro y hermoso. Como la niebla era baja, la punta de los edificios, así como la catedral de Maringá aparecieron por encima de las nubes “, describió.
Meses más tarde, surgió el Concurso Mundial de Fotografías de Drones, patrocinado por la National Geographic de Francia en colaboración con Dronestragram, un Instagram exclusivo para fotos de drones. Matiello decidió enviar sus fotos y ganó en dos categorías: Lugares y Voto popular. Su foto se vio en varios rincones del mundo y salió en medios tales como CNN, BBC, Le Monde, The Washington Post, entre otros.
Los fabricantes de drones se han dado cuenta del potencial de la fotografía y cada vez más trabajan de una manera específica para alimentar el mercado. El dron Solo, de la empresa 3DR, por ejemplo, está hecho para funcionar con GoPro y puede ofrecer una vista en vivo de lo que la cámara está rodando en la aplicación de teléfono inteligente a casi un kilómetro de distancia. En los Estados Unidos, donde el mercado de drones es más activo, hay modelos con cámara que cuestan menos de USD 100. En Brasil, los equipos todavía son un poco más costosos y los más económicos están en el rango de los USD 54.
Mirar hacia arriba
El sueño del registro aéreo es casi tan antiguo como la propia fotografía. El primer registro del intento es de Nadar, seudónimo de Gaspard-Félix Tournachonm, que se elevó en globos para fotografiar París en la década de 1860.
En 1907, se creó una técnica inusitada: la fotografía con palomas. El alemán Juluis Neubronner fue el responsable del equipo, que consta de una cámara en miniatura en el ave. La técnica se utilizó ampliamente en las dos guerras mundiales.
Desde entonces, cometas, aviones y helicópteros eran los encargados de traer una vista desde arriba de los hechos. Al ser tan pequeño, los drones pueden entrar en sitios que ningún tipo de máquina podía. “Tenemos esta obsesión porque estamos atrapados aquí abajo. Tenemos una fascinación por ver todo de manera amplia”, señaló Marcos Heidemann, cofundador de Drone 42, empresa especializada en fotografías de drones.
Algo más que de una revolución en la fotografía
Después de palomas, helicópteros y grúas, el dron es el equipo definitivo para las imágenes aéreas. “Uno descubre cosas nunca vistas”, afirmó Heidemann para después contar sobre una prueba que hizo un par. “Tomamos fotografías en un puente muy estrecho. Las imágenes se obtuvieron en una situación en la que un fotógrafo jamás lograría”, señaló.
Matiello coincidió. “Se creó un nuevo lenguaje de la fotografía, ya que antes no era posible lograr ciertos ángulos”, comentó, sin olvidar mencionar que un buen fotógrafo debe preocuparse por no presentar riesgos para las personas que están por debajo del equipo.
Para Heidemann, el dron es una herramienta que se suma a la obra del fotógrafo. “El fotógrafo es muy creativo, que juega en el suelo para cambiar el ángulo de la imagen. El dron es solo una herramienta que da más rienda suelta a la creatividad”, describió.
Cabe recordar que las imágenes con VANTS requieren la habilidad de pilotaje y la de fotógrafo. “Siempre nos centramos en el profesionalismo, el pensamiento cinematográfico y la edición,” señaló Heidemann.
Además de cambiar el mundo de la fotografía, los drones también tuvieron un impacto en otras áreas. Las fotografías y los videos en el sector inmobiliario, la construcción civil y los deportes extremos han activado el mercado.
Y el potencial de los drones aún se desconoce en su totalidad: ya hay, por ejemplo, equipos con cámaras térmicas, con capacidad para monitorear lugares. “Una vez que se ofrece una herramienta que no existía antes, se necesita un tiempo para averiguar lo que es bueno”, dijo Heidemann y agregó que todavía hay muchos campos por explorar.
A una década de sus 200 años de existencia, el mundo de la fotografía atravesó algunas revoluciones. El uso de drones es otro capítulo de esta historia. “Un buen fotógrafo no es necesariamente un buen piloto de un dron, así como un buen piloto de un dron no es necesariamente un buen fotógrafo. Pero con un poco de dedicación, es posible combinar estas dos áreas”, afirmó Matiello.
“La regulación es necesaria, en primer lugar para proteger a los ciudadanos comunes. Como, en general, se trata de equipo fácil de usar, si no hay límites, alguien podría salir lastimado “, comentó Matiello.
En Brasil, todavía no hay una regulación específica de los drones. Actualmente, se aplica la misma ley que se utiliza para el aeromodelismo, lo que permite hacer pruebas deportivas y de ocio; no obstante, no hay definiciones para el uso comercial. Este año deberían adoptarse nuevas reglas para este tipo de equipos, según ANAC.
Fuente: Intel IQ