Venciendo al gigante: El rol de la Psicología en la lucha contra el cáncer.

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Por: Mariana González Segovia

Estudiante de la Lic. en Psicología

Universidad Iberoamericana de León

mari.gzlez.0408@gmail.com

León, Gto. México.

Para Gaby: que me enseñó que soltar es amar. ¡Un beso hasta el cielo mamá!

“Tiene cáncer”, esta temida frase capaz de hacer que tu cuerpo se paralice, tu respiración aumente y que no puedas decir ninguna palabra. Para muchos es una sentencia de muerte; para otros, un nuevo comienzo. Vivir con cáncer es una lucha constante con tu cuerpo y tu mente, ¿Quién ganará? el deseo de seguir viviendo o las células que amenazan con arrebatar el bienestar, el resultado de esta pelea solo podrá descubrirse con el tiempo y como un viejo dicho dice “la espera desespera”.

En los hospitales, específicamente en sus fríos pasillos, los doctores se encuentran en una rutina frenética: examinar, diagnosticar, tratar y finalmente curar. Ellos a menudo no se detienen a pensar que detrás de cada paciente hay una persona completa, con sentimientos, emociones, y muy probablemente, miedo. La psicología emerge como un rayo de luz en este oscuro panorama, ofreciendo claridad, humanidad y comprensión en el ámbito oncológico. La labor de un psicólogo oncológico es fortalecer y reconfortar a los pacientes que pasan horas de sus vidas en estos hospitales, intentando recuperarse físicamente sin perderse a sí mismos en el proceso.

Fotografía cortesía de la autora deeste artículo.

El cáncer no solo es una batalla en la mente y en el cuerpo, sino también en el ambiente que rodea al paciente. La ira, la tristeza, el enojo y el miedo son emociones que parecen un campo minado; tienes que caminar con cuidado, vigilar dónde pisas, porque en un descuido puedes detonar la tristeza de tu hermana o de tu abuela. La familia se sumerge en el duelo, al igual que el paciente, todo el ambiente que rodea esta difícil situación está en duelo, pero todo el mundo parece avanzar como si nada, mientras que el paciente se encuentra en pausa, luchando con su realidad.

La psicología oncológica se especializa en el trato de pacientes diagnosticados con cáncer, esto gracias a la combinación de varias disciplinas como medicina y psicología. El objetivo de esta disciplina no es encontrar una cura mágica o mantener una positividad continua, sino ayudar al paciente a tener lo que se podría considerar como una “buena muerte” o una “muerte digna”, a procesar su propio duelo y poder sentirse libre emocionalmente antes de partir, y no solo esto sino también dar un apoyo emocional al paciente y a su familia durante todo este proceso.

Longacher (como se citó en Velázquez, et. al., 2007) menciona que “Los Objetivos de la Psico-oncología son: elevar autoestima, modificar estilos de afrontamiento, modificar cogniciones negativas disfuncionales, modificar el estilo de vincular las relaciones, favorecer la construcción de un proyecto vital.” Realmente estos objetivos tienen mucho sentido ya que pueden considerarse clave para la recuperación de un paciente. Incluso Hipócrates lo mencionaba, reconociendo cómo el estado anímico y el alma podían influir en el cuerpo y su funcionamiento (Velázquez, et.al., 2007).

Es fundamental un entorno multidisciplinario como un hospital, en dónde se pueden abordar las necesidades de los pacientes desde diferentes ángulos y perspectivas, no solo para un paciente oncológico, sino también para otros usuarios con diferentes circunstancias médicas, el cuidado integral es esencial para la supervivencia. La inclusión de la psicología en un equipo de atención multidisciplinar puede ayudar a los pacientes a enfrentar el estrés, la ansiedad y la depresión relacionados con su enfermedad, mejorando su calidad de vida y su capacidad para hacer frente a los desafíos médicos, es imprescindible eliminar cualquier impedimento que pueda existir para que las personas reciban la ayuda que necesitan, garantizando un cuidado integral y efectivo para todos los pacientes (Velázquez, et.al., 2007).

El proceso de intervención de un psicoóncologo comprende tres fases: la primera es la de prevención, la segunda es la intervención psicológica y la tercera es la rehabilitación (Scharf, 2005, pp. 1-3). Por ejemplo, si es que un paciente vuelve a tener cáncer estaría entrando a lo que se le llama una fase de recidiva, en donde los sentimientos de angustia y depresión están a flote, esto por volver a pasar por la noticia de “Tiene cáncer… otra vez”. Esto provoca una segunda ola de desorganización, tristeza y angustia, además de enfrentarse al duelo de la salud ya recuperada que otra vez se perdió. En este contexto la psicología juega un papel crucial al ayudar a procesar la información y trabajar los sentimientos de depresión y angustia que surgen después de recibir la noticia, para que el impacto se pueda gestionar de la mejor manera posible.

El recibir un diagnóstico además de ser complicado emocionalmente es también muy secretivo. Existen muchos hospitales en dónde no hay la suficiente información o el esclarecimiento necesario que merece un paciente, esto por miedo a cómo vaya a reaccionar el paciente o sus familiares. Dejando de lado el factor emocional por un momento, hay un factor en el que todos deberíamos de coincidir, las personas merecen recibir un diagnóstico.

Legalmente en algunos países no era obligatorio informar a un paciente sobre su diagnóstico, por ejemplo: “(…) en 1977 el Congreso americano aprueba la Ley del Derecho a la Información por la que se obliga a los médicos a informar a los pacientes de cáncer de su diagnóstico” (Durá y Ibáñez, 2000, pp.3-4). ¿Cómo es posible que los doctores que tienen la responsabilidad de la vida de una persona en sus manos carezcan de tacto al informar a sus pacientes sobre lo que les ocurre?, no se debe de esconder ni notificar una enfermedad de tal magnitud como si fuera algo totalmente cotidiano, puede que sea cotidiano para el médico, pero para el paciente que enfrenta la enfermedad no lo es. Aquí la psicología puede entrar como un apoyo necesario para comunicar lo que le está pasando al paciente de una manera amable y comprensiva, ayudando también al proceso de aceptación de la enfermedad.

Hablando un poco más de la historia de esta disciplina, se podría decir que en 1950 comenzó la interacción entre la psicología y la oncología, particularmente en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC) de Nueva York, en su unidad de psiquiatría. No fue hasta 1980 que se produjo la integración de la psicología en el tratamiento del cáncer en España. Incluso en 1987 se fundó la Sociedad Mexicana de Psico-oncología en México, aunque sus actividades comenzaron en el 2001 (Robert, M.V., et al., 2013). Si bien la psico-oncología no es una disciplina nueva, su aplicación sí lo es. Son pocos los lugares conocidos donde se integra, por lo que existen varias propuestas que podrían resultar muy interesantes y beneficiosas para promover esta integración

Según Sanz, J., & Modolell, E. (2004) existen dos modelos donde se podrían incluir a los psicólogos oncológicos dentro de los hospitales, el Modelo de Interconsulta (MIC) y el Modelo Funcional (MFU). En el modelo MIC, se busca establecer y crear una unidad de Psico oncología autónoma e independiente de los servicios de Psiquiatría y de Oncología. Por otro lado, en el modelo MFU se promueve la incorporación del psico oncólogo dentro de las unidades de oncología, pudiendo asi brindar una atención coordinada con otros profesionales de la salud creando una colaboración más estrecha. Los dos modelos pueden brindar tanto ventajas como desafíos, la creación de este tipo de espacios depende mucho de los recursos disponibles, así como la necesidad de los pacientes de atención. Incluso con sus diferencias los dos modelos tienen algo en común: brindar la atención y el cuidado imprescindibles a quienes más lo necesitan.

En México, particularmente en León, Gto., existe un hospital que utiliza el modelo MFU, previamente mencionado. No hay un departamento o unidad especializada designada; en cambio, dentro de los consultorios de oncología, en el piso número 7 de este hospital, se dispone de un pequeño espacio donde la psicología emerge como un apoyo fundamental integrado con la oncología. Esto evidencia que en nuestro país es factible construir este tipo de espacios, donde la amabilidad y la compresión prosperen, las emociones se liberen y la vida siga con su flujo.

El cáncer es un viaje dentro de una tormenta, puedes hundirte o seguir a flote y salir del huracán, el papel del psicólogo dentro de este viaje tormentoso es muy conmovedor. Desde la prevención hasta la rehabilitación, estos profesionales ofrecen un ancla de apoyo emocional y psicológico, navegando junto a los pacientes a través de las aguas turbulentas de la enfermedad y el tratamiento. Es un recordatorio apasionado de la necesidad de abrazar la intervención psicológica en todas las etapas del viaje oncológico, no sólo para mejorar la calidad de vida del paciente, sino también para alimentar su espíritu y su capacidad de resistencia. Su labor va más allá de las palabras; es un abrazo cálido en los momentos más oscuros, una mano extendida para levantar el ánimo y el espíritu. Esta dedicación inquebrantable hacia el bienestar integral del paciente resuena con la verdad más profunda del cuidado compasivo y nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, el poder curativo del apoyo emocional nunca debe subestimarse.

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Malca Scharf, B. (2001). Psicooncología: abordaje emocional en oncología. Persona y Bioética, 9(25), 64-67. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2053415.pdf


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Rodrigues, M. de A., Medeiros, W. de C. M. ., Pedrosa, A. P. A. ., & Pedrosa, T. F. (2024). The psychological impacts of positivity in pediatric oncology patients: Os impactos psicológicos da positividade em pacientes pediátricos oncológicos. Concilium, 24(4), 438–459. https://doi.org/10.53660/CLM-2956-24D55


Sanz, J., & Modolell, E. (2004). Oncología y psicología: un modelo de interacción. Psicooncología, 1(1), 3-12. https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/psicooncologia/numero1_vol1/capitulo1.pdf


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Velázquez, A.G., García,M.A., Alvarado, S., & Ángeles, J.A. (2007). Cáncer y psicología. Sociedad Mexicana de Oncología, AC, 6(3), 71.https://www.researchgate.net/profile/Jose-Piqueras-4/publication/26596436_Psicologia_y_cancer/links/54301dac0cf29bbc1275aa5a/Psicologia-y-cancer.pdf?origin=journalDetail&_tp=eyJwYWdlIjoiam91cm5hbERldGFpbCJ9#page=19

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