Breve historia del agua y su problemática actual.

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Por: Lic. Alexander Martín Rops Estevez.

GRUPO PRO -AGUA DEL BAJÍO

Presidente y Director General.

Email: arops30@gmail.com

El problema del agua podemos decir hoy en día qua ha sido una causal histórica, ya que, a través de los años, al menos en México y desde la conquista a la fecha, hubo cambios notorios y demasiado desproporcionados, sobre su uso, desperdicio y contaminación.

No es de sorprenderse saber que los españoles llegaron a México con ideas completamente nuevas y revolucionarias para los indígenas, con base en sus necesidades, conocimientos y formas de vida, acarreados desde el viejo continente. A lo que llamaron en aquella época seres de poca inteligencia, salvajes, mal llamados “indios”, según nos los hacen saber a lo largo del conocimiento empírico de la historia de nuestro país, se ha vuelto hoy en día tal vez un modelo a considerar en el consumo y distribución del sistema hídrico.

Aclarando que los niveles de conocimiento del viejo continente, eran mayores y podemos diferenciar, la técnica utilizada otrora utilizada por los indígenas mexicanos, compara a la tecnología y sapiencia de un mundo en desarrollo que traían ellos, nos vimos envueltos en un sinfín de cambios. Su búsqueda de tierra y poder se contrapuso a lo que adoraban de forma religiosa en aquellos tiempos… El agua.

“El agua es vida”, y aunque la frase trillada por el paso del tiempo puede perder sentido, hoy en día nos aclara que sin ella no hay nada que prevalezca en este mundo. Los grupos nómadas de aquellas épocas probablemente se asentaron más que por una necesidad agrícola, muy posiblemente por el asentamiento en las zonas donde el agua les permitía vivir. Desarrollando a través de ella, la agricultura. No es gratuito que en los lagos se desarrollara la agricultura chinampera como una peculiaridad de la economía prehispánica… estos mismos ríos y lagos fueron el orden de las mismas civilizaciones prehispánicas … los canales fungían como medios de comunicación, a fin de hacer más complejos e intensivos los intercambios entre los indígenas, quienes veían el agua como un factor más de producción para impulsar actividades económicas, mientras que para los españoles resultaba un obstáculo, puesto que el factor tierra era determinante en el universo hispánico.*2

Si bien en el sector agrícola mexicano se distingue una diferencia tecnológica sustancial con relación al europeo, el uso del agua para abastecimiento urbano y para el movimiento de maquinaria no parece diferenciarse en lo esencial. La presencia del sistema clásico de agua potable en los distintos contextos geográficos así lo demuestra. Caracterizado por su consumo per cápita mínimo.

En la Ciudad de México, por ejemplo, los “ingenieros” indígenas idearon un sistema en línea o clásico consistente en la construcción de un acueducto doble que aprovechaba los manantiales de Chapultepec y distribuía el agua dentro de la ciudad.

Las ciudades que no contaron con acueductos para satisfacer sus necesidades de agua y aun las que tuvieron la posibilidad de construirlos, recurrieron a la captación del agua de lluvia y al servicio de aguadores. De hecho, estas dos formas de abastecimiento perduraron hasta mediados del siglo XX, y en lugares más marginados hasta la década de los años setenta.

Como toda sociedad preindustrial, durante siglos la mexicana utilizó la fuerza animal y la hidráulica como fuentes de energía para las actividades textiles, molineras, para la producción de papel, de azúcar, la minería o la siderurgia.

En algunas regiones de México, como los distintos valles del Bajío en la cuenca del Lerma, la tecnología del pozo profundo y la bomba hidráulica inicialmente complementó la disposición de agua superficial que permitió el mantenimiento de la frontera agrícola de riego y posiblemente una pequeña expansión. De forma sistemática, y en cuanto el desarrollo tecnológico y las posibilidades económicas lo permitieron, los agricultores que hacían uso de los bimbaletes y las norias para la extracción de agua, fueron sustituyéndolos por locomóviles (bombas a vapor) y motores de distintos tipos. *3

El problema de la distribución inequitativa de tierra fue el gran motivo de la Revolución Mexicana y del mandato del artículo 27 en la Constitución de 1917. El Estado mexicano posrevolucionario distribuyó entre 1917 y1922 casi la mitad de la tierra cultivable y 60 % de la propiedad rural a cerca de treinta mil ejidos. El artículo 27 también mandataba el reparto de agua y su conservación, como acciones indispensables de la reforma agraria. Para lograrlo, el México posrevolucionario eligió la construcción de grandes presas que rápidamente expandieron el riego para la agricultura. Ya desde esta época, y al igual que en todo el mundo, el sector agrícola dominaba el consumo de agua, con el 77 % nacional, aunque este número sea incluso mayor en las zonas áridas y semiáridas del centro y norte del país, que conforman dos terceras partes del territorio nacional. *2

…El uso de la energía eléctrica para la extracción de agua con la bomba ha recibido una activa promoción de parte del Gobierno Federal durante los últimos cien años por medio del financiamiento, la construcción y la rehabilitación de pozos profundos. De hecho, una variante de la gran irrigación estatal posrevolucionaria fue la creación de los distritos de riego a partir del uso del pozo.

Según datos del Banco Ejidal, entre 1936 y 1956 se financió la construcción de 1,296 obras; 57% estaba concentrado en la Comarca Lagunera, con un valor de 84 millones de pesos que significaban 73% de los recursos canalizados para este fin.

Por otra parte, debido a la perforación indiscriminada de pozos para todos los usos sociales del agua, a mediados del siglo XX las autoridades mexicanas tuvieron que intervenir para reglamentarla, y dispusieron que los interesados en efectuar obras de alumbramiento estaban obligados a dar aviso a la Secretaría de Recursos Hídricos.

A partir de estas atribuciones, la SRH y sus sucesoras desplegarían una intensa actividad para declarar zonas vedadas e intentar controlar la perforación de pozos. Los decretos sobre vedas iniciaron en el año de 1948 en la zona de León, Gto., y en 1949 siguieron Zumpango, Méx., Abasolo, Gto., San Miguel de Allende, Cañada del Marqués, Querétaro.

Para poder explotar las aguas del subsuelo señaladas como de propiedad nacional, se debería solicitar concesión o permiso a la Secretaría de Recursos Hidráulicos.

Desde 1520 los pobladores españoles, que arribaron a los territorios conquistados por Hernán Cortés, demandaron se les dotara de agua para desarrollar la agricultura, la minería y el establecimiento de villas y ciudades.

El 16 de enero de 1989 el presidente Carlos Salinas de Gortari creó la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) como un organismo Federal desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos. Ésta debía proponer la política hidráulica con el fin de mantener actualizado el Programa Nacional Hidráulico.

Una de las primeras tareas de la CONAGUA fue establecer un nuevo marco jurídico. Así, el primero de diciembre de 1992, se publica la Ley de Aguas Nacionales. *3

Desde la generación de los títulos de concesión por parte de la Conagua para controlar la explotación indiscriminada de los recursos hídricos subterráneos a la fecha, se ha provocado una disensión entre los mismos agricultores (principales consumidores de agua subterránea) y los procedimientos establecidos por el ejecutivo federal.

Uno de los principales motivos por los cuales un sector poblacional bastante importante ha sufrido consecuencias negativas de este proceso, ha sido la ignorancia y la falta de comunicación asertiva entre las dependencias y el mismo productor agrícola, del cual explícitamente me referiré a lo largo de este escrito.

Siendo una de las causales principales que, mientras que el productor agrícola es un conocedor muy amplio a lo que su materia se refiere, la falta de conocimiento de términos y formas legales, le ha imposibilitado seguir al pie de la letra con las necesidades que requiere la Conagua, generando entre ellos, una disputa a la cual, hoy en día no se ha podido llegar a un acuerdo. Mientras que el organismo descentralizado necesita cumplir canónicamente con los impuestos documentales necesarios para la aprobación de la entrega del título de concesión; el productor termina intentando cumplir con los requerimientos que le hicieron saber, pero sin entendimiento de a qué se refieren cada uno de los documentos solicitados, o en dónde, o la forma en cómo se consiguen, haciendo de esta problemática una ya conocida en este medio y varios otros.

La Gestoría, ha sido una forma de vida para muchas personas que se han desarrollado en este y otros medios, de los cuales, se comprenden, quienes han desarrollado una carreara en el tema y comprenden la necesidad de una tercera persona, mismo quien entiende más del tema y otorga la ayuda al necesitado, el agricultor en este caso en específico, quien lo auxilia para poder cumplimentar con las necesidades de la comisión y del mismo productor, otorgando soluciones.

A lo que deja en el tintero dos tipos de personas, el gestor y el coyote.

Fuentes:

*1 Repaso histórico del agua en México – Parte I (1888-1917) | Instituto Mexicano de Tecnología del Agua | Gobierno | gob.mx (www.gob.mx)

*2 El agua y su historia: México y sus desafíos hacia el siglo XXI (scielo.org.mx)

*3 SGP-28SemblanzaHistóricaMéxico.pdf (conagua.gob.mx)

Aboites Aguilar, Luis, “Fin de un sueño. Notas sobre la extinción de la Secretaría de Recursos Hidráulicos” en Boletín del Archivo Histórico del Agua, año 7, núm. 20, enero-abril 2002.

“Optimismo nacional: geografía, ingeniería hidráulica y política en México (1926-1976)” en Brígida von Mentz (coord.), Identidades, Estado nacional y globalidad México, siglos XIX y XX, México, CIESAS, 2000.

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