Es necesaria la formación de recursos humanos de alto nivel que puedan participar en la Cuarta Revolución Industrial, que consiste en la confluencia de una serie de tecnologías con gran potencial económico, afirmó Juan Humberto Sossa Azuela, coordinador de la Red de Expertos en Robótica y Mecatrónica, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El docente del Centro de Investigación en Computación (CIC) advirtió que para impulsar las nuevas tecnologías es necesaria una mayor promoción en las líneas de investigación, pero también se requieren alianzas estratégicas con el gobierno e industria con la finalidad de generar apoyos económicos suficientes, el uso de equipo especializado, opiniones de expertos y permisos especiales, entre otros.
“Parte de la misión del IPN es formar gente altamente especializada para las tecnologías actuales y futuras, por ello proveemos al estudiante de los conocimientos y capacidades que requieren para que en un ambiente competitivo puedan desarrollar las herramientas necesarias en la resolución de problemáticas, particularmente las que se refieren a la Inteligencia Artificial, que es clave para generar riqueza personal y para el país”, advirtió.
El miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel III aseguró que el Laboratorio de Robótica y Mecatrónica del CIC a su cargo, cuenta con desarrollos competitivos a nivel mundial. Asimismo, destacó la sinergia que el IPN ha establecido con otras instituciones de nivel superior para lograr avances más significativos.
A 98 años de darse a conocer la palabra Robot, a través de la obra teatral R.U.R. (Rossum’s Universal Robots) de Karel Čapek, las máquinas han logrado asombrosos desarrollos en diversas áreas y en ambientes inciertos, pero no son capaces de explicar sus motivaciones. “La intención, las emociones, las expectativas son funciones atribuibles únicamente al ser humano”, enfatizó el especialista en redes neuronales.
Lejos de la ciencia ficción, los robots se encuentran presentes en el futuro cercano, se trata de cobots o máquinas colaborativas que realizan una función específica e interactúan con los humanos ayudando a desarrollar eficientemente diversas tareas como el manejo de materiales, empaquetado de productos, elaboración de comida o en la construcción de edificios, entre muchos otros.
Estos entes requieren de múltiples capacidades para resolver problemas sencillos o complejos con varias opciones, en ambientes con alta incertidumbre, como el caso de los vehículos autónomos que deben decidir con base en variables diversas la mejor forma moverse de un punto a otro sin contratiempos. El interés en estos desarrollos se puede comprender porque de implementarse mejorarían notablemente la vida en sociedad.