Autor: Magíster Teresita Natalia Ulate Gómez
Correo: ulate19@yahoo.com, teresita.ulate.gomez@mep.go.cr
Costa Rica. Universidad Internacional Iberoamericana de México.
Coautora: Doctora María Cristina Caramón Arana.
Correo: criscaramon@gmail.com
Universidad Nacional Autónoma de México (México),
Universidad Internacional Iberoamericana de México.
RESUMEN
La siguiente experiencia demuestra parte de la propuesta de un curso denominado “Prototipo de curso de formación continua en educación de Desarrollo Sostenible” producto de una investigación de la educación de desarrollo sostenible en el circuito 02 de la provincia de Heredia en Costa Rica. Para el estudio diagnóstico se analizó la percepción en esta temática de docentes, estudiantes y expertos tanto en áreas afines como en la capacitación de formadores. Todos los instrumentos de recolección de datos fueron validados. Entre los principales resultados surgió el doble discurso que tiene la sociedad en cuanto a la protección y el consumo, la deficiente alfabetización ambiental de los docentes, el poco aporte en capacitaciones en educación de desarrollo sostenible, ausencia en la preparación de los educadores en diversas temáticas como cambio climático, economía circular, tenencia de especies silvestres, protección del recurso hídrico, entre otras. Además, la ausencia de liderazgo de docentes como puntos clave de sensibilización. Por último, el desconocimiento del avance real en la educación de desarrollo sostenible ya que las instituciones trabajan en islas, sin comprender cuál es la situación real de la educación de desarrollo sostenible en la nación. Los resultados anteriores fueron comparados con la información bibliográfica recopilada. El curso incluyó los aspectos anteriores y se dirigió a docentes y funcionarios del sector educativo tanto público como privado; sin embargo, se aceptó la incorporación de otros sectores como el empresarial. Para la propuesta numerosos expertos brindaron charlas en las temáticas débiles y se promovió que los participantes del curso realizaran actividades y estrategias metodológicas para solventar la necesidad de comprender con bases, la situación ambiental tanto a nivel país como regional. Al finalizar se pretendió crear una Red en Educación de Desarrollo Sostenible, la cual se vincule con entendidas similares de otras localidades.
Palabras claves: curso de educación ambiental, educación ambiental, educación de desarrollo sostenible, propuesta educativa, educación.
Introducción
Desde la revolución industrial hasta la actualidad, la cantidad de residuos en el planeta, aparición de enfermedades, extinción de especies, incidencia de desastres naturales, cambio climático, entre otros; ponen en riesgo la vida, generando un caos de sobrevivencia.
Debido a lo anterior desde 1970, las medidas para trabajar la problemática ambiental forman parte de cumbres, conferencias, acuerdos internacionales, con la finalidad de crear un cambio y disminuir los efectos de las actividades humanas en el entorno (Macedo, 2005).
El Desarrollo Sostenible surge como punto clave para continuar con la vida y disminuir los impactos negativos, mediante la concientización y responsabilidad ciudadana, permitiendo el uso de los recursos, pero tomando en cuenta la disponibilidad para las generaciones futuras.
La Agenda 2030 es un ejemplo de plan de acción mundial ocurrido en el 2015, donde los miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos para alcanzar el desarrollo sostenible. En el acuerdo se incluyen los problemas socio-ambientales y cada objetivo se interconecta con los demás y el cumplimiento de uno permite el desarrollo del otro. Para cumplir los ODS se establecieron 169 metas, orientadas hacia el equilibrio ambiental, buscando la igualdad y un cambio en el estilo de desarrollo respetando el entorno, identificando desafíos y oportunidades para América Latina y el Caribe. La propuesta surge cuando la sociedad mundial comprende que el impacto de las actividades humanas es indiferente a la nación, por lo que el trabajo en conjunto promoverá la permanencia de la especie humana.
Sin embargo, aunque Costa Rica apunta por el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030, el Estado de la Nación (2018) reporta que la forma en que se gestiona y protege el patrimonio natural no es sostenible, existe poco acuerdo entre el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental, la sociedad no presenta comportamientos sostenibles en la vida cotidiana, no existen prácticas sostenibles o son muy escasas y los hogares más jóvenes son los que se alejan de dichas actividades, los usos urbanos son insostenibles y no tiene herramientas para disminuir el impacto, debido a que es una nación con altos gastos económicos producto de desastres naturales, los cuales se han incrementado en los últimos años; además tiene una gran capacidad de usar los recursos pero limitaciones para reducir el efecto negativo de su uso.
Por otra parte, el trabajo dividido y sectorial que presenta el país en el campo ambiental hace que las soluciones se obtengan parcialmente y los resultados no sean visibles, generando un panorama incierto del efecto de las propuestas en la ciudadanía (Alpízar et.al., 2018), no se evalúa el avance, ni se promueven programas locales que trabajen desde la comunidad, institución educativa (pública y privada), instituciones y empresas, las cuales busquen un beneficio común.
Para agravar la situación, la sociedad presenta un doble discurso, reflejando una nación que protege su entorno, pero que en la práctica queda debiendo. González y Aramburo (2017) consideran que la opinión ambientalista es más avanzada que las prácticas consecuentes, existiendo una disociación cognitiva, donde la sociedad percibe más importante los problemas globales que los locales.
Es necesario que la población presente una coherencia entre lo que se expresa y lo que ejecuta, por lo que los docentes pueden ser individuos activos, comprometidos con las buenas prácticas ambientales, reflexivos del conocimiento que plantean en sus clases y ser promotores de la participación ciudadana, tanto de estudiantes, padres de familias, la comunidad e instituciones en general.
Es importante recordar que el educador por su naturaleza y profesión puede ser un agente de cambio y la educación, ser una herramienta clave que brinde las pautas para mejorar y proteger el medio ambiente. La participación estudiantil puede surgir desde las aulas donde se vuelvan individuos activos de las propuestas políticas comunitarias; porque es importante recalcar que la educación, la política y la sociedad se encuentran íntimamente ligadas y no es posible abandonar tampoco la cultura, la cual está inmersa en las prácticas diarias.
Por otro lado, si se trabaja a nivel de la educación ambiental en el ámbito formal, es posible favorecer otros campos, como la disminución del gasto público en desastres naturales y trabajar en la prevención de los mismos, afirmado por Ordónez et.al. (2018) en su estudio, donde plantean que la educación ambiental permite a las personas conocer su entorno habitado y actuar en la disminución de la ocurrencia de los desastres y tener una respuesta adecuada ante los fenómenos naturales que sean vulnerables. Se favorece el conocimiento y la ejecución de prácticas amigables con el medio ambiente y de esta manera, mejorar la imagen a nivel turístico y ser reconocidos por tener un bajo impacto ambiental; disminuir el consumo de energías contaminantes como el petróleo; implementación de huertas escolares, caseras y urbanas, disminuyendo el uso de agroquímicos; aunado a este último aspecto, disminución de enfermedades como cáncer gástrico, alergias, entre otros; disminución de la presión de la sociedad en la biodiversidad del país y crear ciudadanos de diversas edades más participativos en propuestas políticas que beneficien la calidad de los ecosistemas.
Direccionar la educación formal en el área ambiental desde una visión más holística, podrá llevar la información a varios sectores y crear educadores y educandos líderes en dicha temática, todo con la finalidad de disminuir la deuda ambiental que caracteriza a este país y generar acciones amigables con el medio ambiente y sustentables que formen parte de las actividades diarias de los ciudadanos.
Martínez (2010), menciona que la educación ambiental abarca más que las relaciones pedagógicas y ecológicas, considera que se debe incluir la responsabilidad política en el sistema educativo, para poder preparar educandos que se enfrenten al cambio y que sean capaces de tomar decisiones oportunas en miras de alcanzar un desarrollo sostenible, con sensibilización a cualquier forma de vida.
Existe una necesidad a nivel de formación en educadores en el área de educación ambiental y más aún en estos últimos años donde existen acuerdos y convenciones que solicitan un mayor compromiso por parte de los ciudadanos costarricenses. Se visualiza que existió un repunte en la educación ambiental en los años 90 pero fue perdiendo su fortaleza a principios del 2000; en la actualidad existe un mayor compromiso ciudadano y se ha generado una mayor concientización de las problemáticas ambientales, aspecto que se debe aprovechar para generar líderes en el sector educativo del país.
Entre algunas soluciones que se promueven es una integración entre la parte social, política y ambiental; fomentar sociedades más participativas en el diseño, ejecución y seguimiento de la protección y manejo de los recursos naturales, generar conciencia de las actividades que afectan al medio ambiente y que las instituciones tanto públicas como privadas generen, amplíen y socialicen el conocimiento (Estado de la Nación, 2018). Conocer la situación real y la repercusión de la educación ambiental en Costa Rica, permitiría determinar sus fortalezas y las líneas sobre las que es importante trabajar. Empoderar a los docentes y sensibilizarlos permitiría que incluya de manera automática el desarrollo sostenible de manera transversal en sus actividades pedagógicas, pasando de simple conocimiento a un estilo de vida.
La formación de docentes en educación ambiental, por lo tanto, es importante para que los educadores compartan experiencias y actualicen sus conocimientos, adquieran metodologías diferentes e innovadoras que puedan implementar en las clases; las propuestas deben incluir aspectos emotivos, fomentar valores, favorecer actividades que generen diálogo y ambientes de tolerancia, generar proyectos locales que repercutan en la comunidad inmediata. Ramírez (2015), considera que la formación ambiental específicamente, debe ir más allá de una estrategia curricular, es necesario que el docente se incorpore a la sociedad y conozca el contexto donde se desarrolla, para que analice situaciones ambientales reales y mejore o promueva proyectos; de ser posible haciendo una unificación entre el sector educativo y comunitario.
Para alcanzar los aspectos mencionados y las metas de la Agenda 2030 se requieren docentes con una correcta y actualizada preparación, desarrollar materiales al alcance de todos los educadores, indiferentemente del nivel educativo; fortalecer las propuestas de trabajo en sectores urbanos (son los que tienen una mayor presión sobre los recursos naturales) al igual que en áreas rurales o marginales; aprender de propuestas ya implementadas y buscar colaboración a nivel internacional; además la colaboración interdisciplinar es indispensable, ya que todos trabajarían bajo la misma línea y perspectiva. La pandemia demostró el rezago educativo que ya se venía arrastrando y el Estado de la Nación (2021) hace referencia de las implicaciones y afectaciones que se tendrán en los próximos años, afectando principalmente a regiones rurales con 1,2 con mayor probabilidad y a las mujeres. Trabajar desde ya en la educación es disminuir la repercusión y aproximarse al cumplimiento de los ODS.
Al diseñar una Red como la que se pretende en esta investigación, la divulgación, trabajo en equipo, conocimiento, materiales, entre muchos aspectos más, se verían favorecidos; debido a que lo que se busca es generar un espacio de intercambio y participación facilitando la concreción de los objetivos de la Agenda 2030 y otros que establezca el país a nivel ambiental, se busca un trabajo en equipo y todo aporte se puede utilizar para el bien común, buscando la equidad. Para lograr una educación y aprendizaje de personas jóvenes y adultas de calidad, en el área ambiental, se requiere fortalecer, multiplicar y diversificar la oferta de formación inicial y continua para los educadores, punto que señala la Organización para las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe [OREALC] (ONU, 2016) como reto para los responsables de las políticas de las naciones.
En Costa Rica, los programas educativos en el área de ciencias y ramas afines en secundaria incluyen la temática medioambiental y potencializan dicho tema, pero las capacitaciones son pocas. Además, la educación de desarrollo sostenible es integral, favoreciendo el trabajo con otras disciplinas, incluso hasta el trabajo administrativo es vital para el éxito de las propuestas que se establezcan.
En las aulas abunda el conocimiento teórico, pero no se llega a la práctica o activismo ciudadano que tanto se ocupa en las soluciones a los problemas medioambientales. Se trabaja de manera reactiva, tratando la mitigación de los problemas ambientales y no de manera activa, buscando la adaptación y el estudio de alternativas a los cambios ambientales.
Un programa de formación en educación de desarrollo sostenible y una Red en Educación de Desarrollo Sostenible en la misma área, genera docentes líderes en buenas prácticas ambientales que se proyectan a la institución y a la comunidad en general, fomentando un cambio en el estilo de vida, responsables, consientes y con sensibilización ambiental, mejorando la calidad de vida de su entorno. Además, con posibilidad de vincularse con propuestas de otras regiones, incluso hasta de manera internacional.
De esta manera se planteó el siguiente objetivo:
Diseñar un programa de formación en educación de desarrollo sostenible y una Red en Educación de Desarrollo Sostenible, para mejorar la situación ambiental del país.
Descripción de la experiencia
En el estudio diagnóstico de la situación de la Educación de Desarrollo Sostenible de una provincia de Costa Rica surgieron algunas situaciones requerían solución, entre ellas mejorar la alfabetización en docentes, alcanzar un trabajo más holístico entre diferentes sectores, trabajar temáticas débiles, promover un curso en línea debido a la disponibilidad docentes, el cual estuviera dirigido no solo a docentes, sino también a diferentes representantes del sector educativo, crear una Red en Educación de Desarrollo Sostenible que se vinculara con otras naciones, entre otros.
Es por esto que se planteó la propuesta de diseñar, aplicar y evaluar el curso como tal. El tiempo de duración fue de dos meses y medio, con una charla de inducción. En cuanto a la modalidad, fue virtual con actividades sincrónicas y asincrónicas. Las actividades asincrónicas fueron realizadas en la plataforma Moodle (facilitada por una universidad del país), para las sincrónicas el medio empleado fue Zoom, cuyo recurso también fue brindado por la misma institución. Para su ejecución se recibió soporte técnico durante las actividades sincrónicas y se tuvo apoyo de los integrantes de bandera azul de la entidad (Figura 1).
El curso se dividió en 12 semanas, donde cada quince días los participantes tenían que realizar diferentes actividades entre ellas un mapa conceptual, glosario, medición de desperdicios de alimentos, V de Gowin, foro y estrategia de mediación pedagógica a excepción de esta última que contaron mayor tiempo dependiendo de la temática asignada. Todas las actividades contaron con una rúbrica y se relacionaban a las temáticas vistas en las semanas. En cuanto a la guía propiamente, los participantes proponían actividades para llevar al aula y luego fueron expuestas a los demás integrantes del grupo. En la plataforma también se brindó la información asociada a las temáticas débiles encontradas en el estudio diagnóstico, las cuales en su mayoría fueron facilitadas por especialistas de cada área en su mayoría ingenieros, doctores y expertos. Entre las temáticas trabajadas es posible citar: educación de desarrollo sostenible en América Latina, experiencias de aula en la temática de cambio climático, cambio climático y economía circular con enfoque energético y de proyectos, motivación a la realización de 36 actividades SAP (Sociales, Ambientales y Personales), desperdicio de alimentos, microplástico, protección del recurso híbrido y su implementación en el aula, tenencia de especies silvestres, gestión de residuos y estrategias metodológicas en el aula, Bandera Azul y cacería, tráfico y tenencia de fauna silvestre (Figura 2).
Para fortalecer el curso, se brindó charlas con expertos de las áreas antes mencionadas, cuya duración varió entre cuarenta minutos a hora y media; con una sección de preguntas. La plataforma empleada fue zoom y también se grabaron con el permiso de los participantes para luego subirlas en la plataforma Moodle. También se socializó los links para múltiples sectores reconocieran la importancia de la temática, incluso participaron personas de otras naciones.
Al finalizar el prototipo se promovió una gira a una institución educativa estilo UNESCO, la cual es un referente en educación ambiental, con amplio trabajo en sensibilización y trabajo con la comunidad. La finalidad de dicha actividad fue socializar experiencias, reconocer el trabajo de instituciones educativas y comprender que si se trabaja en equipo y se proponen objetivos claros es posible obtener grandes proyectos.
Durante la gira se realizó actividades de reconocimiento de la información de todas las charlas, para verificar la interiorización del conocimiento, como premio se brindó regalías donadas por múltiples instituciones que contribuyeron y reconocieron la importancia de la temática trabajada en todo el curso, dicho aspecto se tomó en cuenta como recomendación de uno de los expertos, el cual mencionó la necesidad de motivar y de generar alianzas con otros sectores empresariales.
Todas las actividades en la plataforma, charlas, gira y curso en general fueron evaluadas por los participantes, ya que al ser una propuesta de curso de formación continua requiere actualización y mejora. El medio para obtener la información, fue un formulario en línea. En la evaluación del curso, se consultó del grado de formar parte en una Red ya sea local o Internacional. Además, se consideró que dicha Red debe ir más allá de solo docentes, sino también incluir la administración y otras entidades. La propuesta se encuentra en proceso y espera cumplir las expectativas planteadas al inicio del diagnóstico.
Referencias bibliográficas
Alpízar, F., Madrigal, R. y Salas, A. (2018). Retos ambientales de Costa Rica. Banco Interamericano de Desarrollo. Recuperado de http://www.mag.go.cr/asuntos-internacionles/Retos-ambientales-CostaRica.pdf
Estado de la Nación (2018). Armonía con la naturaleza. 135-175. San José, Costa Rica.
Estado de la Nación (2021). Armonía con la naturaleza. 335-372. San José, Costa Rica
González, H.; Aramburo, D. (2017). La conciencia ambiental en Costa Rica. Evolución, estado actual y retos futuros. Sistematización del proceso del mejoramiento de la conciencia ambiental en Costa Rica. Proyecto MAPCOBIO. San José.
Macedo, B. (2005). Educación para todos, Educación Ambiental y Educación para el Desarrollo Sostenible: Debatiendo las vertientes de la Década para el Desarrollo Sostenible. Oficina Regional De Educación para América Latina y el Caribe, Santiago, Chile.
Martínez, R. (2010). La importancia de la educación ambiental ante la problemática actual. Revista educare, 14 (1), 97-111.
Organización de las Naciones Unidas. (2016). Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una oportunidad para América Latina y el Caribe. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Recuperado de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40155/18/S1700334_es.pdf
Ordónez, M.; Montes, L: y Garzón; G. (2018). Importancia de la educación ambiental en la gestión de riesgo socio-natural en cinco países de América Latina y el Caribe. Revista electrónica Educare, 22 (1), 1-19. doi: http://dx.doi.org/10.15359/ree.22-1.17 Ramírez, C. (2015). Propuesta de formación continua sobre componente ambiental como eje curricular transversal, para los docentes del programa de obras civiles del centro de educación superior ITFIP, Espinal-Tolima. Trabajo de graduación sin publicar. Universidad de Tolima.