Las luces, la gran esfera animada, el espactáculo es lo único que ha tomado en serio la Ciudad de Las Vegas y los organizadores, pero la seguridad de la pista y otros detalles, parecieron no tener importancia.

Enmedio de un espectáculo sin precedentes, y con una difusión mediatica sin moderación, llega el tan esperado Gran Premio de Las Vegas, un nuevo circuito que se promovió como “el que sería el mas grande y valioso de todos”.

Y todo había marchado bien, las luces, el glamour, las celebridades, el espectáculo de presentación, sí que dió mucho de que hablar.

Sin embargo la fiesta y la celebración, duró muy poco, pues a unos minutos de iniciada la Primer Práctica, Carlos Sainz tuvo un incidente que encendió todos los focos rojos y que detuvo completamente la actividad.

La prensa internacional se volcó en contra de los organizadores de este gran premio, toda vez que se evidenció que el accidente es una clara muestra de la falta de seriedad y profesionalismo en un deporte de alto riesgo, donde los pilotos arriesgan la vida en cada competencia. Muchas veces hemos denunciado la necesidad de que las autoridades, cuenten con la supervisión necesaria de profesionistas y expertos, a fin de garantizar la seguridad de todos los que forman parte de este y cualquier otro deporte.

Ante estos hechos tan lamentables, la FIA se ha visto en la necesidad de emitir un comunicado oficial.

En tecnopia nos pronunciamos en contra de cualquier omisión que pueda poner en riesgo a todos los pilotos de la Fórmula 1. No es correcto que los organizadores se hayan ocupado tanto de las luces, del espectáculo, de la farándula… Y no hayan cancelado el evento, si sabían que la Ciudad NO HABÍA SOLDADO LAS ALCANTARILLAS. Es un acto irresponsable que pudo causar un accidente mucho peor. No hay excusas ni justificaciones, los organizadores NO DEBIRON SEGUIR ADELANTE con el evento si sabían que no estaban cumpliendo con estas medidas de seguridad tan necesarias. Lo mismo debe suceder en cualquier obra pública donde hay vidas humanas de por medio, no es suficiente que las autoridades a cargo y la ciudad supervisen las obras, se requieren organos independientes, que certifiquen y corroboren que las cosas se hacen y bien, de otro modo, no deberían de inaugurarse o llevarse a cabo este tipo de obras, eventos.

Este accidente deja al descubierto la necesidad de que un órgano independiente certifique las condiciones necesarias para la celebración de un Gran Premio, una entidad internacional y ajena a la Fórmula 1, a los organizadores, a las ciudades y países donde se llevan a cabo los eventos, solamente así, las ecuderías, los pilotos, los asistentes y toda la gente involucrada, podrá sentir la seguridad de que existen las condiciones idóneas para la celebración de un evento de esta magnitud.

No es la primera vez que sucede un incidente de este tipo. Y parece que no se están tomando en serio las medidas de seguridad necesarias para garantizar a los pilotos, el menor riesgo posible. No importan las explicaciones, las excusas, incluso las buenas intenciones, es indispensable que la Fórmula 1 demuestre ser el deporte de elite que se dice ser y se vuelvan estrictos entorno a las garantías que deben de satisfacerse para evitar accidentes derivados de la “NEGLIGENCIA” DE ALGUIEN.

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