“La importancia de la Psicoterapia para un mayor rendimiento escolar”

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por: Diana Joselinne Medina Contreras.

Estudiante de la Licenciatura en Pedagogía

Escuela Virtual Bajío.

Clarksville, Indiana,USA.

Sentada en mi escritorio, tratando de encajar mis ideas, viendo mi alrededor, me doy cuenta de lo imponente que puede llegar a ser la escuela y la presión de un alumno al tener que entregar una tarea y pensar en que calificación u opinión dará el profesor.

Muchas veces nos topamos con la etapa “romántica” de lo que es estudiar e ir a la escuela, pero no nos detenemos en aquellos a quienes les cuesta no solo económicamente sino hasta emocionalmente sostener un estudio del grado que sea.

Desde mi historia, yo fui una alumna que se presionaba mucho desde el preescolar hasta la preparatoria. Las calificaciones bajas eran pan de cada día y que decir de los exámenes extraordinarios.

Afortunadamente me topé con escuelas que llevaban un modelo educativo acompañado de una escuela para padres y sostenimiento con terapeutas y expertos, no solo para tratar temas escolares también personales y así observar desde donde venía aquello que me hacía tener bajas calificaciones.

Esto me lleva a saber que en mi época (muy reciente) ya se hablaban de temas como el estrés, la ansiedad y la presión escolar.

El alumno no es solo un ser racional, también es un ser emocional que necesita ser observado y canalizado para un acompañamiento terapéutico. Todos hemos tenido un compañero o un alumno sentado hasta atrás del salón o la o él que levanta la mano para siempre opinar (yo soy esa alumna), pero cuantos facilitadores o maestros e incluso alumnos nos hemos detenido a observar, indagar y si es necesario canalizar con expertos en salud mental y emocional para detectar de forma oportuna porque él estudiante tiene esas conductas.

Parece ser que cuando estamos frente a grupo o frente a muchas personas nos cedemos un poder y olvidamos que también fuimos alumnos o aprendices, queremos imponer y dar mandatos que a veces ni siquiera van con nuestra personalidad y congruencia, exigimos una calidad que muchas veces no tenemos o no damos.

Acabamos de atravesar una época a nivel escolar que fue estresante, y si, ya mucho se ha mencionado el tema, muchas estadísticas de baja académica y cuántos alumnos colapsaron, pero ¿qué pasa con aquellos que decidieron continuar aún con todo lo que sucedía en el mundo?, ¿dónde está el acompañamiento terapéutico y cuál es la accesibilidad para los alumnos?

México es uno de los países en donde la terapia es la última opción, en donde las ideas, el rezo o la visita con el chamán es antes que atender nuestras emociones.

Para tener una estabilidad en nuestras actividades diarias y mayor rendimiento escolar necesitamos tener la mente tranquila y las emociones reguladas, ¿cómo podemos pensar que un alumno rinda si no se ha atendido emocionalmente?, ¿cómo podemos esperar que la alumna que siempre tiene diez no tenga presión si no ha sabido canalizar sus emociones?

Necesitamos la terapia también como método educativo, que sea parte de nuestra vida, y como lo menciona Odín Dupeyrón que sean “huevos, leche, y terapia, canasta básica”.

Desde mis palabras y experiencia, la terapia es un desahogo, es transportarme al pasado con problemáticas del presente y obtener las herramientas necesarias para un mejor desempeño, y lograr una estabilidad conmigo para desarrollarme en un ámbito académico ideal.

No estoy aquí para decirte cual es mejor o no, solo quiero dar a conocer que existe y el beneficio de tomarla, y sobre todo de ponerla como base en las escuelas de cualquier nivel, así podemos prevenir bajas académicas, detectar algún problema de violencia o abuso familiar, algún asunto de lenguaje o aprendizaje tardío, según sea el caso.

Sé que para la población mexicana es de menor importancia la salud mental y emocional, pero si nosotros como facilitadores nos aperturamos a tomar terapia y asistir a talleres que nos den recursos para poder canalizar, todo en torno a la educación sería distinto.

Estoy consciente que hablo desde mi postura privilegiada, porque desde que tengo consciencia he tenido la oportunidad de asistir a terapia, y también es de mi conocimiento que no hay alcance para todos, pero mi labor como futura docente es invitar a todos a que la tomemos y trabajemos en la calidad humana para tener mayores resultados académicos que nos llevarán a tener una armonía social.

Con esto también quiero dar a conocer que a ninguna persona la define en absoluto un número, para ser más precisa me refiero a las calificaciones. Mi tarea es ayudar y aprovechar los talentos dentro de las aulas para mayor rendimiento académico.

Como docente en proceso, me angustia el hecho de saber que no contamos con recursos económicos para llegar a más personas en el ámbito emocional, con esto me refiero a que en las escuelas no contamos con maestros capacitados para saber canalizar a un alumno. También sé que puede haber maestros muy hábiles y aperturamos para apoyar y canalizar al alumno, pero ¿dónde están los terapeutas? ¿realmente todas las escuelas cuentan con un espacio para la psicoterapia?, la respuesta lamentablemente es que no.

No se cuenta con un espacio psicoterapéutico porque hemos preferido tener alumnos “robots” en vez de crear seres de calidad, por que como maestros no hay esa responsabilidad que va más allá de ejercer clase, necesitamos vocación, prepararnos y exigirnos para dar lo mejor.

La psicoterapia es una herramienta de la psicología que ha tenido muchos avances a lo largo del tiempo y recordando que la psicología es comprobable a través de un método científico, y que es llevado a cabo por un experto especializado en la psicología clínica.

Está comprobado que las habilidades que desarrollamos después de una psicoterapia y las herramientas que obtenemos nos ayudan a tener una mejor calidad de vida, una mayor introspección para la toma de decisiones, y sobre todo un mayor rendimiento escolar, ya que, al trabajar con nuestras emociones, llegamos a un estado de satisfacción. Autores del humanismo como Víctor Frankl y Maslow, coinciden que el propósito del hombre es ser feliz y sentirse auto realizado, teniendo sus necesidades básicas cubiertas y encontrando un sentido de pertenencia.

En definitiva, la educación y las emociones pueden llevarse de la mano. Como docente en preparación quiero generaciones sanas, completas e incluyentes con la terapia, que se logre un desempeño optimo y que no sean vistos por una calificación, si no por una estabilidad y aprendizaje sano.

No estanquemos al alumno en cuantos dieces hay, o cuántos seis, observemos, apoyemos y dediquemos tiempo a la salud mental, así habrá más alumnos con mejor rendimiento, felices, comprometidos por sus logros personales.

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