Por: Dr. J Jesús Francisco Carpio Mendoza.
Fundación Acercándote al Universo. ( F.A.U.)
Hace un tiempo me senté a ver la película “No mires hacia arriba”; la cual me deja impactado por las similitudes que existen con la realidad.
El asteroide que se acerca a la tierra, la negación oficial, el manejo de la información, su ocultamiento; en donde al principio es sencillo, está a una lejana distancia, pero conforme pasa el tiempo, se comienza a vislumbrar en el firmamento cada vez más grande.
Las advertencias por los expertos son ignoradas y se distrae a la población con una serie de historias, eventos y realitys para entretenerlos y no miren hacia arriba: dice el dicho, “Tapar el sol con un dedo“.
Esta serie que se escribe hacia el 2020 en plena pandemia, cuando estaba en su parte más dura, genera una serie de reflexiones y comparativos con los eventos más cercanos ya vividos.
Nuestro asteroide ya está en el planeta e impactó, se llama… cambio climático.
El día 6 de abril de este año en curso, una noticia pasó desapercibida, arrestaron a un científico y a sus colegas.
Lo que inicia como una protesta de batas blancas con la leyenda “I’m a Scientist” que portaban algunos en sus batas, salieron a manifestarse en contra de las emisiones de gases que continúan y aceleran el proceso de efecto invernadero.
Peter Kalmus, quien es científico climático en el JPL, se encadenó a la puerta de un banco, elegido específicamente por una razón, son quienes desatinaron varios millones de dólares en proyectos de energía fósil.
Su página en twitter Scientific Rebellion ya cuenta con 35,300 mil seguidores, observando los movimientos que se dieron en paralelo en distintos países sobre una “Revolución Climática”, cuyo resultado terminó en 1000 científicos de 25 países fueron arrestados.
Hay que recordar que solamente basta 1.5 grados centígrados para que nuestro ecosistema se afecte de tal manera que no exista una vuelta atrás.
Los efectos serían la pérdida irreversible de los ecosistemas, muerte de muchos insectos, plantas por el calor excesivo, generando una aguda escasez de todo, por cierto, y de agua potable ¿cómo andamos?
Para testimonios en vida, vea el video del Secretario del Exterior de la Isla de Tuvalu, que en esta pasada cumbre COP 26, daba su ponencia con los pantalones arremangados, demostrando los efectos del cambio climático en su isla del pacífico… se están hundiendo.
O recordemos a la primera persona que pidió asilo por cambio climático; Ioane Teitota, habitante de la isla Kiribatí, también ubicada en el pacífico sur a una distancia de 1,563 kilómetros de Tuvalu; así que podemos concluir del aumento del nivel del mar en esta parte del planeta.
El Dr. Peter Kalmus es autor de un libro titulado en inglés “Being the change: live well and spark a climate revolution”, al español se traduce como “Ser el cambio: vivir bien y provocar una revolución climática”.
Señala que se puede vivir con un décimo de los combustibles fósiles, y como se dedicó a realizar sus propios cultivos, cambio su transporte por bicicleta, ajustó sus actividades, actitudes, equilibrando las tres esferas: psicológica, física, espiritual en este proceso.
Somos testigos nosotros mismos de los efectos del mismo cambio climático, la pregunta es ¿hasta cuándo?, llegará el momento en donde sea crucial la participación de todos, recordando ese marzo del 2020 en donde todos estuvimos en un aislamiento voluntario por el Covid, mirando desde la ventana las calles vacías, si ahora fuera por un aumento en la radiación ultravioleta o calor a más de 50 grados, donde la vida para nosotros fuera muy temprano por las mañanas o al caer el sol.
¿Quieren llegar a esos extremos?
¿Hasta cuándo miraremos hacia arriba y nos pondremos en acción?
