Apunte Diario Sobre Letras Hipnóticas.

09 de marzo de 2024

Hoy el genio habría agarrado tendedero de deudor alimenticio y proceso penal por abandono de personas. En el vasto firmamento del conocimiento humano, algunas estrellas brillan con un resplandor tan intenso que eclipsan, a veces injustamente, a quienes orbitan a su alrededor. Tal es el caso de Mileva Marić, una mente luminosa en la historia de la física, cuya trayectoria se vio ensombrecida por la figura colosal de su esposo, Albert Einstein.

Mileva, nacida en Serbia, desafió desde temprana edad las convenciones de su época al destacarse por su excepcional inteligencia. Su tenacidad y pasión por el conocimiento la llevaron a la Escuela Politécnica de Zúrich, donde se encontró con el joven Einstein. Juntos, compartieron no solo un amor apasionado, sino también una colaboración científica que trascendió las barreras del género.

Sin embargo, el destino de Mileva se vio entrelazado con el de Einstein de una manera compleja y a menudo dolorosa. Su matrimonio, marcado por las alegrías del descubrimiento científico y las sombras de la infidelidad y el abandono, refleja la complejidad de las relaciones humanas y la fragilidad de la fama y del espíritu humano, y la grandeza del alma de la madre abnegada y fiel.

La llegada de sus hijos, especialmente su hijo esquizofrénico, marcó un punto de inflexión en la vida de Mileva, marcada por el absoluto abandono de Einstein. Mientras Einstein ascendía a la cima del reconocimiento mundial, ella luchaba en la penumbra, enfrentando dificultades económicas y el desafío de criar a sus hijos sola. Su valentía y determinación, aunque eclipsadas por la historia, brillan como un faro de resistencia ante la adversidad.

La promesa de Einstein de entregarle el premio dinero del Nobel si alguna vez lo ganaba, y su posterior cumplimiento, simbolizan tanto la generosidad como la complejidad de sus relaciones. El pago con el dinero del premio pero se olvidó por completo y para siempre de su familia y jamás volvió a saber de sus hijos, borrándolos de su vida y de la historia.

Einstein, deudor alimenticio y abandonador de personas El destino de ese dinero, invertido en la salud de su hijo enfermo, revela la verdadera magnitud del sacrificio y el amor maternal, ella dedica desde siempre sus pocas fuerzas a sus hijos y olvida su carrera y su vida científica.

La vida de Mileva Marić es un recordatorio de las muchas mujeres cuyas contribuciones han sido relegadas a las sombras de la historia, eclipsadas por el brillo de sus contrapartes masculinas. Su papel en el desarrollo de la teoría de la relatividad, aunque oscurecido por la narrativa dominante, merece un lugar de honor en el panteón del conocimiento humano.

En última instancia, la historia de Mileva nos recuerda la importancia de reconocer y honrar a aquellos cuyas contribuciones han sido subestimadas o pasadas por alto. Su legado perdura como un recordatorio de la complejidad de la condición humana y la necesidad de mirar más allá de las narrativas simplistas para apreciar la riqueza y diversidad de la experiencia humana.

En la sombra de Einstein, Mileva Marić sigue brillando como una estrella solitaria, recordándonos que, en el vasto universo del conocimiento, todas las luces, grandes y pequeñas, merecen ser vistas y celebradas. Muere en Zurich, en 1952, una fría lápida abandonada y olvidada cubrió su cuerpo cansado. 6 años después sus restos fueron trasladados a la fosa común, por falta del pago de derechos a la tesorería municipal. Hoy se desconoce su paradero.

Einstein, Mileva Marić y el día internacional de la mujer.

En el marco del día internacional de la mujer, es imperativo reflexionar sobre la persistente relegación de las mujeres, por más brillantes y talentosas que sean, en todos los ámbitos de la sociedad. A lo largo de la historia, innumerables mujeres han sido marginadas, subestimadas y silenciadas, a pesar de sus contribuciones significativas al avance del conocimiento, la cultura y la humanidad en su conjunto. Esta exclusión sistemática se manifiesta de diversas maneras, desde la falta de reconocimiento público hasta la discriminación en el acceso a oportunidades educativas y profesionales.

En el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), por ejemplo, las mujeres enfrentan barreras persistentes que limitan su participación y reconocimiento, a pesar de su innegable talento y dedicación. La historia de figuras como Mileva Marić, cuyas contribuciones fueron eclipsadas por el brillo de sus colegas masculinos, es solo un ejemplo de la amplia gama de talento femenino subestimado y pasado por alto a lo largo del tiempo.

Detrás de cada gran descubrimiento, innovación o avance cultural, hay innumerables mujeres cuyas voces han sido silenciadas o ignoradas, sus nombres relegados al olvido o la oscuridad. Esta injusticia no solo priva a las mujeres de la oportunidad de realizar su máximo potencial, sino que también empobrece a la sociedad en su conjunto al limitar la diversidad de perspectivas y enfoques en la búsqueda del conocimiento y la excelencia.

“Todo lo que logré en mi vida, debo agradecer a Mileva. Ella es mi genial inspiradora, mi protectora contra las dificultades de la vida y la ciencia. Sin ella, mi trabajo nunca habría comenzado ni terminado”.

– ALbert Einstein, 1905

La verdadera igualdad de género no puede lograrse mientras persistan tales desigualdades y prejuicios arraigados en las estructuras y prácticas sociales.En este día de conmemoración y reflexión, es fundamental no solo celebrar los logros y contribuciones de las mujeres, sino también comprometerse activamente a desmantelar las barreras y desafiar las normas sociales que perpetúan la marginación y la exclusión.

Solo mediante el reconocimiento y la valoración equitativa del talento y la capacidad de todas las personas, independientemente de su género, podemos avanzar hacia un futuro más justo, inclusivo y próspero para todos.

Apunte diario sobre letras hipnóticas © y ®

Urdiales-Zuazubizkar fundación de letras hipnóticas A.C.

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Por Dr. Arturo David Vásquez Urdiales-Zuazubizkar

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