El Museo del Olvido: Reflexiones sobre la Museología y la Conmemoración del Golpe de Estado en Chile.[1]

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[1] Columna de opinión publicada originalmente 11 de junio de 2023 en el medio electrónico chileno elbolicheemergente.cl

Por: Raúl Daniel Cardemil Gómez.

Trabajador Social y Licenciado en Trabajo Social

raul.cardemil@elbolicheemergente.cl

Tags: Cultura Subalterna, Derechos Humanos, Memoria, Haraway, Latour, Freire, Hawking.

En esta columna se aborda la necesidad de transformar la museología en un espacio inclusivo que valore y dé voz a las clases populares. Se critica la tradicional exclusión de memorias y experiencias de sectores marginados en los museos, proponiendo una apertura hacia múltiples perspectivas. Se destacan los aportes de Donna Haraway, Bruno Latour y Paulo Freire en la reconfiguración de la museología como una práctica liberadora y participativa. Asimismo, se reflexiona sobre la paradoja de la información de Stephen Hawking y su implicancia en la presentación de eventos históricos. Se concluye que los museos deben convertirse en espacios de encuentro, reflexión y diálogo, contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

En conmemoración de los 50 años del golpe de estado que sacudió a Chile en 1973, es pertinente reflexionar sobre el papel de la museología en la construcción de la memoria colectiva y la forma en que se representan las memorias, luchas y corporalidades de las clases populares. En un país donde la desigualdad social ha sido una constante, resulta crucial analizar cómo los museos, históricamente, han invisibilizado las voces y experiencias de aquellos sectores marginados por la sociedad.

Históricamente, los museos han sido custodios de la memoria y la historia, pero también han sido instrumentos de control y exclusión, perpetuando narrativas que refuerzan las desigualdades sociales y silencian las voces de aquellos que no encajan en el relato dominante. Es imperativo que la museología se transforme en un espacio inclusivo, diverso y participativo, donde las voces de las clases populares sean escuchadas y valoradas. Esto implica cuestionar y desmantelar los mecanismos de poder que operan en los museos, así como abrir espacios de diálogo y colaboración con las comunidades y organizaciones de base.

Donna Haraway, en su obra «Manifiesto para Cyborgs: Ciencia, Tecnología y Feminismo Socialista en la Era de la Reproducción Asistida», nos invita a repensar las categorías tradicionales y binarias de identidad y género. Su crítica a la «visión desde ningún lugar» nos lleva a cuestionar la objetividad y neutralidad en la representación de la historia. En el contexto de la museología, esto implica reconocer que la narrativa histórica está siempre situada y que debe incluir múltiples perspectivas para evitar invisibilizar las experiencias de las clases populares.

Bruno Latour, por su parte, nos habla de la construcción social de los hechos científicos y la necesidad de reconocer la agencia de los actores no humanos. Aplicado al ámbito museológico, esto significa considerar los objetos y artefactos como agentes activos en la construcción de la memoria y la historia. Los museos, entonces, deben ser espacios de diálogo entre los visitantes, los objetos expuestos y las historias que se cuentan.

Paulo Freire, reconocido pedagogo brasileño, nos insta a adoptar una educación liberadora que promueva la conciencia crítica y la acción transformadora. En el contexto de la museología, esto implica fomentar la participación activa de los y las visitantes, especialmente de aquellos sectores históricamente excluidos. Los museos deben ser lugares de encuentro, debate y reflexión, donde se promueva la apropiación y reinterpretación de la historia por parte de la comunidad.

La idea de «pelo suave» de Stephen Hawking, como respuesta a la paradoja de la información en los agujeros negros, nos lleva a cuestionar la forma en que los contextos son presentados y transmitidos, pues así como una curva gravitatoria reduce objetos a masa y posición dejando , en su horizonte de sucesos, ondulados alos datos específicos y situados que cuando son irradiados reducen la singularidad espacio/temporal, presentando una dinámica similar a los dispositivos de reproducción social como los medios de masa ( donde se incluye a los museos) . En el ámbito de la museología, esto implica examinar cómo se seleccionan, presentan y contextualizan los eventos históricos. Si nos limitamos a una única perspectiva o a una clase social dominante, estaremos perpetuando una visión parcial y distorsionada de la realidad.

En el caso del golpe de Estado en Chile, es fundamental reconocer que la conmemoración de este evento histórico no puede limitarse a una perspectiva única o a la visión de las clases dominantes. Las memorias de las clases populares, que fueron directamente afectadas por la represión y la violencia, deben ser rescatadas y puestas en el centro de la narrativa. Esto implica abrir espacios para registrar testimonios, recoger relatos orales, exhibir artefactos y documentos que representen las experiencias y las luchas de quienes fueron oprimidos.

La transformación de la museología hacia una práctica más inclusiva y participativa requiere una revisión profunda de los mecanismos de poder que han dominado el campo durante décadas. Históricamente, los museos han sido gendarmes de la memoria y la historia, pero al mismo tiempo han sido instrumentos de control y exclusión, perpetuando narrativas que refuerzan las desigualdades sociales y silencian las voces de aquellos que no encajan en el relato dominante.

En definitiva, la museología del siglo XXI debe ser transformadora, abierta y comprometida con la justicia social. Los museos deben convertirse en mallas de encuentro, reflexión y diálogo, donde se promueva la inclusión de todas las voces y se reconozca la diversidad de experiencias. La conmemoración de eventos históricos como el golpe de Estado en Chile es una oportunidad para repensar nuestra historia colectiva y trabajar hacia una sociedad más justa y equitativa. La museología tiene un papel fundamental en este proceso, y es responsabilidad de todos y todas contribuir a su transformación.

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